El concepto de síntomas prodrómicos de la esquizofrenia ha sido frecuentemente objeto de debate. Los autores admiten ampliamente la existencia de signos tempranos específicos e inespecíficos que preceden al primer episodio psicótico; sin embargo, todavía tienen que demostrar claramente su capacidad para predecir y especificar el brote de una psicosis. Estos síntomas prodrómicos consisten en anomalías conductuales, signos pseudo-neuróticos, sutiles cambios cognitivos y afectivos. Todos estos síntomas varían de paciente a paciente., En general, se cree ampliamente que los futuros pacientes pasan por una variedad de experiencias anormales y subjetivas que se desarrollan progresivamente durante sus períodos pre-pubertad y pubertad. Sin embargo, el límite de esta evaluación es que un individuo podría presentar los mismos síntomas prodrómicos sin desarrollar necesariamente una enfermedad psicótica, como resultado de la ingesta tóxica, una crisis situacional, etc., Además, si bien el prodromo es un concepto retrospectivo, su valor y especificidad solo pueden ser prospectivos, dado que las descripciones de los pacientes de los cambios premórbidos pueden estar corrompidas por la reconstrucción ineficiente de la memoria. El DSM III-R incluyó síntomas prodrómicos; el individuo que presentaba tales síntomas podría presentar vulnerabilidad psicopatológica a la psicosis independientemente del riesgo genético asociado. Varias investigaciones han arrojado dudas sobre la fiabilidad de su medición; por lo tanto, esta clasificación ya no está presente en la última versión (DSM IV)., Además, las hipótesis recientes del neurodesarrollo sobre la esquizofrenia han allanado el camino para una posible intervención temprana, especialmente porque los tratamientos tempranos podrían mejorar el pronóstico de la enfermedad. Este punto de vista se ve reforzado por la mayor tolerancia al nuevo tratamiento antipsicótico. En este informe, revisamos los artículos clave publicados en los últimos 15 años sobre este tema., Distinguimos dos escuelas de pensamiento: por un lado, la escuela alemana que se refiere a la validez de síntomas neurológicos particulares: atención, percepción, propriopercepción que pueden ser evaluados con muchas herramientas de evaluación: PAS, TDI, BSABS, SPI-A. La Escuela Alemana señala el hecho de que los pacientes que experimentan tales cambios podrían potencialmente ser conscientes de su estado. Por otro lado, la Escuela anglosajona se refiere a la detección de una población «en riesgo». Los anglosajones ya no se refieren a «síntomas prodrómicos», sino a un «período prodrómico» que se extiende a aproximadamente un año., Este período comenzaría con los primeros cambios de comportamiento del paciente y se extendería hasta el primer episodio psicótico. Ambas escuelas coinciden en que, en esta etapa, ni el reconocimiento ni la descripción del período que precede a la psicosis permite predecirla eficazmente. Como resultado, algunos autores continúan refiriéndose a cambios psicológicos que forman un factor de riesgo para el desarrollo de psicosis subsecuente, más que predictores claros de enfermedad inevitable. En cuanto a las recaídas, los signos y síntomas prodrómicos encontrados en pacientes esquizofrénicos son tanto específicos como inespecíficos., En la mayoría de los casos, los pacientes experimentan percepciones y cambios de comportamiento antes de la exacerbación de la psicosis. No es raro que un aumento sustancial de los síntomas prodrómicos vaya seguido de una degradación de los síntomas psicóticos. Por otro lado, muchos de estos aumentos en los síntomas psicóticos no fueron precedidos por aumentos en los posibles síntomas prodrómicos; de ahí su importancia en la identificación del momento de una intervención, pero muchas recaídas ocurrirán independientemente de la detección de dichos síntomas.