de frío a caliente a sal, el paisaje de la India tiene muchos desiertos que se encuentran dentro de su vasta extensión. El desierto de Thar también llamado El Gran desierto indio, es una región de interminables colinas de arena y se encuentra en el estado de Rajasthan en la parte noroeste del país. Se extiende sobre un área de 200.000 kilómetros cuadrados y alberga algunas de las ciudades más bellas como Jaisalmer, que también se llama la ciudad de oro debido a las dunas de arena dorada en ella., Además de explorar havelis y templos, los turistas pueden tomar un safari en camello a través del vasto desierto aquí o acampar bajo el cielo iluminado por las estrellas. Situado en medio del desierto es otra ciudad espléndida, la de Bikaner. Además de sus cautivadores Palacios y fortalezas, la ciudad también encuentra atractivo como un importante centro de cría de camellos. Conocida como la puerta de entrada a Thar, Jodhpur es otra joya escondida en el misterioso desierto de Thar.
uno de los lugares más prístinos del país es el Rann de Kutch, que es una vasta extensión de desierto de sal blanca. Hasta donde llega el ojo, uno puede ver tramos ondulantes de Tierra Blanca., Situado en el distrito de Kutch de Gujarat, es uno de los desiertos de sal más grandes del mundo. Durante los inviernos, esta tierra dura cobra vida cuando se instalan varios campamentos y se organizan espectáculos culturales, junto con actividades de aventura como vuelos en globo.
un lugar donde casi se puede escuchar el grito del Silencio, El desierto seco y frío de Ladakh es una joya en el mapa turístico de la India. Se encuentra en el Gran Himalaya y limita con la majestuosa Cordillera de Karakórum en el norte y las poderosas montañas Zanskar en el sur., Aunque el lugar está helado durante todo el año, la delgadez del aire hace que uno sienta el calor del sol intensamente. Esta área es visitada por turistas que buscan espiritualidad en las diversas gompas aquí, o por entusiastas de la aventura que buscan disfrutar del deporte del trekking. Los impresionantes prados y glaciares también arrojan un encanto al viajero por excelencia.
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